sábado, 23 de enero de 2010

Kafka (y van 7)


La revista Kafka vuelve a conectar el motor de curvatura y lanza al peligroso ciberespacio literario su flamante número 7, más chulo que un 8, para llegar a donde nadie antes ha puesto el pie. En el puente de mando capitanean, como siempre, los almirantes Álex Chico y Sergio Sastre. Aparte de una reseña a cargo de un servidor del poemario de Julián Cañizares Mata, Sustituir estar, podrán encontrar esta tremenda y aguerrida tripulación:

Poemas de Sofía Castañón, Javier Pérez Walias, David Vegue y Sergio Gaspar. Una extensa y sabrosa entrevista de Álex Chico a Javier Cercas. Artículos de Manuel Simón Viola, Sergio Sastre y Segundo Tercero Iglesias. Y Relatos de Fernando Clemot, Francisco Rodríguez Criado, Araceli Esteves Castro y Juan Salido-Vico.

Imprescindible número 7.

(Arriba, foto del señor Salido-Vico regresando de una de sus misiones)

lunes, 18 de enero de 2010

Calipso (un viejo poema)

De las llanuras del oscuro ponto,
de la mudable ley de viento y luna,
llego a la dulce rada de tus brazos.
.........Ponte de oscura.

Ponte las medias negras, teje el vértigo
de la alta seda, y lenta vierte el vino
sobre tu piel, y bajo las estrellas
.........baila, Calipso.

El mundo canta al fondo de tus ojos
el verso azul y la canción profana.
Déjame hundirme en ti, que aullando vienen
.........las horas pálidas.

En tu cintura se aboveda el tiempo
y es medianoche siempre entre tus piernas.
Aunque un desnudo sueño seas, quédate
.........sólo con medias.

***

sábado, 16 de enero de 2010

La xarxa encomanada, de Josep Carner, con una versión de Gerardo Diego


Vull anar a la pesquera en nit de lluna,
quan tot serà pintat d'encantament,
amb la rosa al capell, com signe d'una
ànima fresca, abandonada al vent.

Dansarà com podrà la barca bruna:
estel ni calafat no n'han esment.
Jo hi aniré pescant, a la fortuna,
paraules en neguit de pensament.

I com que amor es passa de soldada,
mai no serà l'art meva carregada
de peix que es dol en cuejants combats.

La xarxa des d'avui encomanada
tindrà un miler de resplendents forats
sense senyal de corda pels costats.

***

LA RED

(Gerardo Diego)

Quiero ir de pesca en noche azul de luna.
Todo será fulgor de encantamiento;
la flor en el sombrero, signo de una
alma vacante, abandonada al viento.

Y que dance en vaivén la barca o cuna,
de estrella y calafate el ritmo exento.
Que yo me iré a pescar ---azar, fortuna---
palabras con temblor de pensamiento.

Y pues que Amor no entiende de soldada,
no han de arrastrar mis artes la pesada
plata viva de peces en traíña.

La red que hoy encargué, virgen de oficios,
será un pálpito, un brillo de orificios
y sin señal de cuerda que la ciña

miércoles, 13 de enero de 2010

La matraca del libro electrónico

Hace casi un año publiqué este artículo en la página web de DVD Ediciones. Desde entonces poco o nada han variado mis opiniones sobre el tan manido asunto del "libro electrónico", e-book para los cursis, y ciertas cuestiones aledañas. El tema está de moda y a mí las modas, a la postre, acaban aburriéndome. Simplemente haré constatación de un fenómeno curioso y esperpéntico que se ha ido sumando de forma parásita al debate tecnológico-cultural-embarullado. Un fenómeno alimentado desde ciertos sectores pseudoliterarios de este pueblo llamado blogosfera. Lo ha descrito impecablemente el poeta Juan Andrés García Román en otro artículo publicado también en DVD Ediciones.com el pasado verano:

(...) considero que el internet literario y la sociedad poética en general se han ido poblando de este tipo de individuos obstinados en su contrariedad sin horizonte, en su revanchismo, en su envidia, en su desconfianza y en un ataque contra la oficialidad poética y literaria que podría ser lícito, pero que pierde su credibilidad por su carácter indeterminado, invertebrado y, con perdón, encabronado. Es también común que se ice la bandera de una dudosa diversidad poética y la de la suspicacia y denuncia contra escritores o poetas consagrados o que sencillamente y puntualmente consiguieron publicar en una editorial deseada, sin otra justificación ni causa distinta del hecho de que nuestros singulares literatos de medio pelo no tuvieron éxito o no publicaron nada. La celebración y aceptación del ingenio de otro (sí, ingenio, trabajo también, desde luego, pero ingenio, ingenio; no lo duden más) llega hasta el momento en que éste les rebasa en calidad o reconocimiento, no más allá.

martes, 12 de enero de 2010

Apunte (2)

En el arte, como en el amor, el sujeto se dirige hacia su objeto sin ningún bulto intermediario ni lastre de pensamiento. Sólo el conciso candil de la conciencia que sabe lo que quiere en un instante legendario, por ajeno al tiempo mortal. A no ama a B tras encadenar un arduo proceso deductivo. Ya decían los viejos teólogos que la divinidad no razona; la divinidad ve. Y el amante, que es un dios, es también todo voluntad y todo reconocimiento y todo ojos. A, que no vive en un mundo de causas y efectos, busca desesperada, apasionadamente la unidad en B, indivisible, y obvia los porqués, los cómos, los cuándos y demás impertinencias adverbiales. Si A amara a B a causa de (pongamos por caso) las notables curvas de su trasero o culo, A entonces ya no sería un amante sino un intelectual que disfraza de amor lo que no es más que un llano abanico de categorías. No, la relación ha de entregarse tan fácil y tan elemental como una línea recta. Como con los poemas que nos gustan. No sabemos por qué nos gustan ni gana alguna tenemos de saberlo. Por esa razón, ignoramos qué les falta a los poemas que no nos gustan o (peor) nos dejan indiferentes. Y en ese juego del querer o no querer es donde debería terminar todo, para perdernos después en gratas mitologías, unas veces llamadas "crítica literaria" y otras "canciones de amor al culo de B". Pero hay quien se atormenta con el cilicio de las estéticas a priori o que quiere encontrar un sentido en el poema más allá del propio poema, de su palmaria presencia. Como si el mundo tuviera sentido o quisiera decirnos algo. Se corre entonces el peligro de ser un mal lector. Lo mismo, acaso, que ser un mal amante.