jueves, 29 de septiembre de 2011

Inteligencia

¿Un poema surge de la inteligencia? Hombre, claro. E insistir ahí ya es de Perogrullo. La poesía es lenguaje y el lenguaje es inteligencia. Ahora bien: a ver qué entendemos por inteligencia. Porque si lo que me están vendiendo es el poema-sudoku, que no cuenten conmigo, ni para empezarlo ni para resolverlo. Yo creo en las musas. Me parece muy agradable creer en ellas. Homero también lo hacía. Y pobre del que no sepa vivir entre mitologías.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

En Olleir las llamas / Luis Miguel Rabanal

Escucha, encontrarás a quien una tarde quiso robarte la niñez sin nada ofrecerte a cambio, pero existe el perdón y contemplas su rostro envejecido, y crees haber regresado a los días de júbilo enorme y de tenaz pesadumbre, ya sabes.

Como él, también tú pronuncias esas palabras terribles que significan daño y pereza, te ata las manos la memoria y sueles confiar aún en la vida, pues si no qué ligaduras habrías de romper, qué conocimiento podrías ofrecer a tus contrarios para salvarte, o qué amores llevarte a la boca como si fuese un veneno más dulce este propósito tuyo de contar el tiempo, y de excluirlo.

No debes volver, te dices a ti mismo cuando sufres el mal incurable del desánimo, ya las llamas se llevaron tu ropa de muchacho enfermo y las cenizas las guarda un hombre triste que nada ya recuerda. No debes volver, y que los años que fueron la red donde caías sin mancarte te asombren ahora con su guiño horrendo, como hace la sacavera y el pájaro muy gris de Montecorral, y que la noche nos utilice para entorpecer todo cuanto amas.

De cualquier manera ya crece el espliego donde ayer jugabas a morir a manos de un atemorizado gladiador llamado Isi y te enfurecen sus gritos de socorro. Qué importa el cuenco donde su sangre se espesaba y parecía mentira.

(Luis Miguel Rabanal,
Casicuentos para acariciar a un niño que bosteza, Ediciones Leteo, 2010)

viernes, 16 de septiembre de 2011

escribir / leer


I

Reconocer que no me gusta escribir podría sonar a pose frívola. Para ser más precisos: escribir, como volar, me aterra y me llena de ansiedad. Por eso vuelo y escribo cuando ya no hay más remedio, fiel a un no sé qué sentido extraño de la fatalidad. Luego de que ya estoy en una de esas dos situaciones, me cuesta mucho dar conmigo, a no ser en algunas fugaces coincidencias, para compadecerme, agorero, de la inminente catástrofe. El resto del viaje, por lo general, se dejará acunar por el olvido. Ya abrí esta bitácora, allá por el 2007, a sabiendas de la tara que aquí comento, y me sorprende, de verdad, que aún siga en pie. De hecho, el otro día tuve una pesadilla horrible, espantosa, donde lo único que hacía era escribir horas y horas una entrada interminable para este blog. Era tan extensa que ya no me cabía en el editor de Blogger, así que tuve que copiar lo que llevaba escrito y pegarlo en mi propio editor de texto, sin darme cuenta, mientras no podía parar de escribir, de que había copiado todo internet, los blogs, los foros, los chats, el porno, la wikipedia y la bitácora de Vicente Luis Mora. No hay peor pesadilla que soñar que uno escribe. Es como si te llevan al parque de atracciones y te dicen que tú tienes que construir la montaña rusa y el túnel del terror. ¿Y eso cómo se hace? Porque ahí está el meollo del asunto. Yo fracasaría de pleno en cualquiera de esos talleres literarios que tanto pululan por ahí. No tengo ni la más remota idea de cómo se escribe un poema. Lo que es peor: ignoro cómo no se escribe. Sólo puedo decir que me gusta la música, la canción y la letra; y luego están esos momentos raros de lucidez o presagio, cuando uno piensa, a punto de embarcar, que ni loco debe coger ese vuelo. Cuando todo viene espeso de información y doctrina; cuando no suena ni la música ni la letra, sino algo inútil, estridente y destemplado como unas turbinas rotas: la letra de la letra.

II

Mi abuela (suele contar mi madre) soltó una frase memorable viendo un espectáculo de trapecistas en los primeros años de la televisión española: "¡Eso yo nunca lo hice!". Es de suponer que quiso decir "nunca lo vi", claro, pues mi abuela no pertenecía al gremio de los acróbatas sino al de los maestros. Pero ahora me doy cuenta de que ambas frases son la misma cosa y definen a la perfección la actitud más saludable ante el mundo, nuestra grata pequeñez, el corazón mismo del asombro. Ante un poema que leemos emocionados y sobrecogidos, ante una catedral, los dedos de Anne Sophie Mutter o un gato, no hay mejor respuesta crítica que decir, sí, "eso yo nunca lo hice", y escribirlo por todas las paredes y en las espaldas de los notarios. Jamás poner: "eso me hubiera gustado hacerlo a mí". ¿Quién tiene ganas de construír una montaña rusa?

jueves, 1 de septiembre de 2011

"La primavera del otoño"

¡SETIEMBRE! ¡Eres la primavera del otoño! Las primeras brisas frías estremecen el malva de tus tardes vagas; tienes el primer encanto de los cristales cerrados; tus árboles ostentan las primeras hojas amarillas ... ¡Setiembre, eres como una hermana mayor de abril, como una mujer de treinta años, con el pecho un poco blando y los ojos hondos, melancólicos, seria, doliente ... Eres el mes de las tardes, el lujo de las tardes, el encanto, el tesoro, la maravilla de las tardes! ¡No tienes la fresca algarabía de las fuentes, sino el encanto del color sentimental, de la paz triste, de las nostaljia infinita! ¡Setiembre, eres como una frente pensativa...!

JRJ

***

Tras un julio y un agosto a la sombra, bastante apretado de trabajo, intentaremos dar comienzo al nuevo curso de estas diosas, aturdidas y holgazanas. Poco a poco irán menguando los días y los escotes de las señoras estupendas. Ya hemos visto demasiado. Y ahora, bajo la ropa, se nos antojarán más estupendas. Septiembre, textual y textil, es todo un lujo, sí. La primavera que quiero.

***

Y empiezo el nuevo curso con mi agradecimiento a Luis Miguel Rabanal por colgar en su estupendo blog un poema de mi Tránsito. Un orgullo estar allí. Les dejo el enlace:

http://luismiguelrabanal.wordpress.com/2011/08/31/transito/

Mil gracias, Luis Miguel.

***

Por último, este verano (que aún no ha terminado), mantenemos en la web de DVD una sección de temporada llamada "Vacaciones aún más críticas". Estará abierta hasta mediados de septiembre, más o menos. Aquí pueden acceder a los textos de los autores que han colaborado, amablemente, en ella (y los que quedan por llegar):

http://dvdediciones.com/vacaciones-aun.html