miércoles, 27 de abril de 2016

Infinitos

Me gustan los poemas que no me terminan de decir, o que no los entiendo del todo, como si hablaran en un entresueño. Al poema que fía todo en un mensaje lo saludo y lo despido como al cartero: Mensaje recibido. Que tenga buen día. Pero los buenos poemas regresan siempre nuevos, a la luz del sol o en la oscuridad más terca. Como la voz de los amigos, los buenos poemas son repentinos, inagotables, infinitos.