Se tiende a olvidar que la poesía se hace con oído, memoria y voz (tres cosas que, en el fondo, son lo mismo); no con tinta ni papel, ni juegos textuales, ni microsoft word.
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Un buen poema siempre es memorable. No importa que no lo recuerdes ahora. Antes de tu llegada ya había una memoria universal que lo recordaba, lo decía. A esa memoria los griegos la llamaron Homero.