sábado, 27 de junio de 2015
miércoles, 24 de junio de 2015
Y otro poema de María Polydouri
Platón
lunes, 22 de junio de 2015
domingo, 21 de junio de 2015
Las nieves de antaño
Pensamiento
Creo que vivimos porque alguien se acuerda de nosotros, o piensa en nosotros. Es un don al que tenemos a menudo en demasiada poca estima. El día que no haya nadie que se acuerde de nosotros, no es que dejemos de existir, pero seremos como una casa vacía con todas las luces apagadas.
sábado, 20 de junio de 2015
Sobre un verso de San Juan
jueves, 18 de junio de 2015
Verano??
martes, 16 de junio de 2015
Epitafio a mi gata Touti (Seferis)
Tenía el color del ébano, los ojos de Salomé,
Touti, la gata que he perdido. Caminante, no te pares.
Salió de la brecha que cortaba en la sábana del día;
ahora no puede rasgar la tela de la oscuridad.
(Yorgos Seferis. Trad.: Juan Manuel Macías)
***
Επιτύμβιο στη γάτα μου την Τούτη που μας άφησε χρόνους το περασμένο φθινόπωρο
Είχε το χρώμα του έβενου τα μάτια της Σαλώμης
η Τούτη η γάτα που έχασα· διαβάτη, μη σταθείς.
Βγήκε απ’ το χάσμα που έκοβε στης μέρας το σεντόνι
τώρα να σκίσει δεν μπορεί του ζόφου το πανί.
Siempre Juan Ramón
La fuerza y la tristeza hacen la melancolía; la debilidad y la tristeza hacen la desesperación.
JRJ
lunes, 15 de junio de 2015
Safo en arcilla
Uno de los soportes más curiosos donde se encontró un fragmento de Safo es este pedazo de vasija, datado aproximadamente hacia el siglo segundo a. de C. Lo que queda del poema (fr. 2 L.-P.) está escrito sin separación de palabras, versos o estrofas. Habla de un manzano, de un recinto umbrío de rosas, de leves brisas de primavera, de prados donde pacían caballos que ya no existen. Y, como no, de Afrodita chipriota. El poema, probablemente, fue escrito al dictado. Para ese escriba anónimo, Safo era ya tan antigua y lejana como para nosotros lo es hoy el propio escriba.
***
Y aquí mi traducción de ese fragmento, recogida en mi libro Poesías (Safo) [DVD Ediciones, 2008]
Ven a mí desde Creta hasta este sacro
templo; donde, en tu honor, una arboleda
amable de manzanos; donde altares
perfumados de incienso;
agua fresca murmura aquí entre ramas
de manzano, y umbrío está de rosas
todo el recinto, y de la fronda trémula
un sopor se desprende;
y el prado que apacienta a los caballos
copioso está de flores primaverales; soplan
aires de olor a miel...
Aquí, pues, tú, chipriota, coronada,
en copas de oro, delicadamente,
escáncianos el néctar ya mezclado
cuando la alegre fiesta.
*
δεῦρύ μ ̓ ἐκ Kρήτας ἐπ[ὶ τόνδ]ε ναῦον
ἄγνον ὄππ[αι τοι] χάριεν μὲν ἄλσος
μαλί[αν], βῶμοι δὲ τεθυμιάμε-
νοι [λι]βανώτωι·
ἐν δ ̓ ὔδωρ ψῦχρον κελάδει δι ̓ ὔσδων
μαλίνων, βρόδοισι δὲ παῖς ὀ χῶρος
ἐσκιαστ ̓, αἰθυσσομένων δὲ φύλλων
κῶμα καταίρει·
ἐν δὲ λείμων ἰππόβοτος τέθαλε
ἠρίνοισιν ἄνθεσιν, αἴ δ ̓ ἄηται
μέλλιχα πνέοισιν...
ἔνθα δὴ σὺ στέμματ ̓ ἔλοισα Kύπρι
χρυσίαισιν ἐν κυλίκεσσιν ἄμβρως
ὀμμεμείχμενον θαλίαισι νέκταρ
οἰσοχόαισον.
domingo, 14 de junio de 2015
Homenaje a Matrix (o una variación del pesimismo)
Era una ilusión. Creíamos que estábamos en el futuro, pero seguíamos viviendo en la España de los 40, donde sigue habiendo serenos, oficinas siniestras, el mundo es gris y frío, y hace hambre. Internet, los televisores de plasma, Ferran Adriá... Todo era una construcción mental y colectiva. Ah, y esos asombrosos smartphones sobre los que pasábamos nuestros dedos anhelantes no eran otra cosa que la enésima edición del Calendario Zaragozano.
Primavera (María Polydouri)
Mas sus alegres ceremonias sólo me dicen
lo lejos que de ti me encuentro, Atenas.
una tenue lluvia, que nadie espera,
y siento, mientras me enciende tu nostalgia,
como si únicamente cayera para mí.
sábado, 13 de junio de 2015
Homero y la noche
lunes, 8 de junio de 2015
Safo fr. 16
[Safo, fr. 16 L.-P.]
Una tropa a caballo, dicen éstos; de infantes,
dicen ésos; y aquéllos, que una flota de naves
sobre la negra tierra es lo más bello; pero
yo digo que es lo que uno ama.
Y es muy fácil hacer que cualquiera lo entienda,
pues aquélla que mucho aventajaba
en hermosura a todos los humanos, Helena,
a su esposo, varón ilustre,
lo abandonó y se fue navegando hacia Troya,
y en absoluto se acordó de su hija
ni de sus padres, pues la conducía
enamorada la Chipriota.
... a mi ausente Anactoria
me ha hecho recordar ahora.
Quisiera ver su andar, que mueve hacia el deseo,
y el luciente destello de su rostro,
antes que ver los carros guerreros de los lidios
y a sus infantes bien armados.
(De Poesías, Safo, DVD Ediciones 2007. Traducción de Juan Manuel Macías)
*
[Safo, Fr. 16]
ο]ἰ μὲν ἰππήων στρότον οἰ δὲ πέσδων
οἰ δὲ νάων φαῖς’ἐπ[ὶ] γᾶν μέλαι[ν]αν
ἔ]μμεναι κάλλιστον, ἔγω δὲ κῆν’ὄτ-
τω τις ἔραται·
πά]γχυ δ’εὔμαρες σύνετον πόησθαι
π]άντι τ[ο]ῦτ’, ἀ γὰρ πόλυ περσκέθοισα
κάλλος [ἀνθ]ρώπων Ἐλένα [τὸ]ν ἄνδρα
τὸν [πανάρ]ιστον
καλ[ίποι]σ’ ἔβα ’ς Tροΐαν πλέοι[σα
κωὐδ[ὲ πα]ῖδος οὐδὲ φίλων το[κ]ήων
πά[μπαν] ἐμνάσθη, ἀλλὰ παράγαγ’αὔταν
Kύπρις ἔραι]σαν
... με νῦν Ἀνακτορίας ὀνέμναι-
σ’οὐ παρεοίσας,
τᾶ]ς κε βολλοίμαν ἔρατόν τε βᾶμα
κἀμάρυχμα λάμπρον ἴδην προσώπω
ἤ τὰ Λύδων ἄρματα καὶ πανόπλοις
πεσδομ]άχεντας.
sábado, 6 de junio de 2015
Las impropias traducciones
Pocas cosas tan ajenas al arte como el concepto de traducción, si lo entendemos en un sentido estricto, es decir, el de interpretar un código determinado en beneficio de aquellos espectadores que no pueden o no saben acceder a dicho código de manera directa. Hemos acabado aprendiendo, con algunas zozobras, que ante la obra de arte cualquier mediador supone una alarma innecesaria, pues en un paisaje así no debe haber (ni cabe) otro monstruo que nosotros mismos, los que tenemos el destino de ser de una sola vez el Minotauro, Teseo y el laberinto. Podemos, sí, sopesar los hitos que otros han dejado antes, pero la responsabilidad de la aventura es enteramente nuestra, fatalmente nuestra. Nadie debe escuchar el concierto por nosotros; nada puede ser el concierto sino el concierto mismo, y no conviene perder el tiempo con aquellos que «van mil gracias refiriendo».
Y, sin embargo, aún seguimos aceptando con naturalidad la superstición que llamamos «traducir poesía», tal vez porque la materia prima de la poesía es la herramienta que el hombre usa para comunicar y comunicarse. La poesía aparenta esa vieja tara, que la música no conoce, ante el hombre atormentado por la lógica. El lenguaje verbal del hombre acabó generando en su inventor y usuario una ancestral pesadilla de dualidades: forma y fondo, significante y significado. Pero los primitivos poetas vivirían ajenos a estos cismas. Pensarían, saludablemente provincianos, y con razón, que el poema sólo podía existir en su propia lengua, su cuerpo, su única arcilla; en el idioma y únicamente en el idioma que limitaría en todas partes con lo bárbaro, con lo que es silencio unas veces y otras tantas ruido. En la voz. Pero hay a quien le empezó a desvelar un hecho bastante trivial: que los poemas, además de ser poemas, también decían cosas, a la manera de los locos, dejando en su parloteo un sedimento que con el tiempo acabó denominándose «cultura». Desde allí, naturalmente, no fue difícil alcanzar esa idea tan enferma de que la poesía puede y debe traducirse de idioma en idioma. Demandando la poesía traducida, exigiéndola incluso, encontramos a un personaje casi más provinciano que el poeta: el hombre culto.
Como un turista mal educado en un parque temático, así se mueve el hombre culto por Dante, Shakespeare y Homero, con todo pagado y sin correr riesgos. El hombre culto que lee un poema traducido, y que en ocasiones hasta lo cita en Facebook, por supuesto sin dar crédito alguno de su traductor, parece olvidar muchas veces que lo que está leyendo es, en el fondo, el poema del traductor y no el «original». Por hilar más fino, diríamos que está leyendo la lectura (nunca transparente) que el traductor ha hecho del poema extranjero. Incluso sería bueno volver a recordar que la traducción de poesía es una quimera, a pesar del empeño que alguna vez podamos haber puesto los que traducimos poesía en darle un estatus diferenciado a una actividad que no deja de ser —me temo— otra forma más de escribir poesía. Ni siquiera existe lo que se llama, en el paraíso de los filólogos, la «traducción literal», pues toda traducción de un poema, ya por serlo, está destinada a juzgarse, bien o mal, como poema en la lengua de llegada, antes que a erigirse en una mera pantomima de intérprete frente al poema de partida. Al filólogo, como a cualquier otro lector, le pesa demasiado el cuerpo y la garganta como para pasar desapercibido.
Y, aun así, ambiguos de nosotros, seguiremos hablando de traducción. Y tal vez se nos censure por haber acabado usando el término de una manera tan licenciosa. Eso es tan cierto como que nos sigue divirtiendo usarlo tal cual, en toda su impropiedad, sin mayor afán de ser precisos. Creo que hablar de traducir poesía negando la existencia de la traducción de poesía es a lo más sensato que podemos aspirar.
Al cabo, esa impropiedad forma parte del corazón mismo del lenguaje humano y, por extensión, también de la poesía. La palabra es incapaz de poseer, domeñar, entender aquello que nombra. La voz surge antes que el logos como un eco perplejo frente a la realidad muda, intraducible; y la palabra, mientras se sostiene en la voz, es tan real como la realidad. Tan precaria, tan igualmente intraducible. Acaso sea real porque lleva un germen de error, una variación frente al prototipo, un factor que sería la perspectiva del yo que ama y nombra. Podríamos pensar, así pues, en una nueva traducción de la Odisea, tan legítima como las precedentes: una traducción donde Ulises, por un error del traductor, nunca regresara a su casa: sería la broma definitiva para el hombre culto.
(De Sucede en la voz de otros, Isla de Siltolá, 2015)
viernes, 5 de junio de 2015
El canon
(El resto: mausoleos, estatuas, libros de texto y parloteo académico)
miércoles, 3 de junio de 2015
Como si fuera una lengua extranjera...
Aquí estudias el silencio
como si fuera una lengua extranjera.
Y si practicas bien
sabrás distinguir el dialecto
del día frente al marcado acento
de la noche.
Te aprendes los pájaros de memoria
y también la luz que trastoca
el sentido de la nada.
No podrás nunca expresarte
con naturalidad en esta lengua.
Pero te sorprenderá siempre su verdad.
Lees los árboles, las montañas en el original
Preguntas: "¿qué tengo yo que decir en esta lengua?"
El animal herido en lo más profundo de ti no contesta.
Guarda silencio.
***
Εδώ σπουδάζεις τη σιωπή
σα να ’ταν ξένη γλώσσα
κι αν έχεις ασκηθεί αρκετά
ξέρεις να ξεχωρίζεις τη διάλεκτο
της μέρας απ’ τη βαριά προφορά
της νύχτας.
Τα πουλιά τα μαθαίνεις απ’ έξω
όπως και το φως που αλλοιώνει
τη σημασία του τίποτα.
Δεν θα μπορέσεις ποτέ αυθόρμητα
να εκφραστείς σ’ αυτή τη γλώσσα
όμως θα σ’ αιφνιδιάζει πάντα η αλήθεια της.
Διαβάζεις τα δέντρα, τα βουνά στο πρωτότυπο.
Λες: Τι έχω εγώ να πω σ’ αυτή τη γλώσσα;
Το πληγωμένο ζώο μέσα σου βαθιά δεν απαντά.
Σωπαίνει.
lunes, 1 de junio de 2015
PALACIO / SUEÑO / TIEMPO
"porque edificas tu casa
Un palacio vacío es igual que una liturgia triste.
Es una rara música
cuando se deshila en mil pasillos
y hay un afán desmedido por ahondarse y ahondarse,
por profanar las cámaras
hasta lo más recóndito del sueño.
Un palacio
deshabitado
donde las horas van dejando el frío de su ansiedad.
En los livianos cortinajes
el tiempo mece al tiempo.
Septiembre es un orfebre delicado
y amontona las tardes en su espalda
con un lejano tráfago de oro,
con el tibio remanso de antiguos rezos.
Hay un humor de vino exquisito en la madera
cuando se abren las puertas una detrás de otra
y cruje la soledad, y se comba la soledad, la rancia soledad, con sus vetustos goznes
y todo se hace un lento arpegio pensativo,
pasillo tras pasillo, cámara tras cámara,
el esquema de un vals que dibuja la ausencia,
la celosa matemática de un cabello trenzado,
el rodaje implacable de la noche.
Un palacio
sin vida
para buscar y buscar, puerta tras puerta,
el color que perdemos en el final del sueño,
el aire que nos falta en los amaneceres,
el más preciado ámbar, la lágrima perfecta, la definitiva
lágrima
que guarda el mundo
cuando ya el mundo se parece a un límite.