martes, 9 de febrero de 2010
Apunte (3)
Hay escritores cuya poética les precede como a otros la fama de su vida goliardesca. Como una maldición. Mis discrepancias con los apriorismos estéticos de Agustín Fernández Mallo es múltiple y variada. Asunto que ni me quita el sueño ni creo que tampoco desvele mucho al autor gallego. Cada pájaro en su nido y, si hay debate, con perdón de la rima, bienvenido. En todo caso no creo que estos excesos teóricos sean malos ni tan siquiera para quien los produce. Recordemos que las opiniones más desnortadas sobre la poesía de San Juan de la Cruz fueron las del propio San Juan de la Cruz. Afortunadamente, como gran poeta que fue, pudo zafarse sin difilcultad de eso. ¿No sería deseable que algunos críticos también dejaran de lado sus prejuicios y se guardaran sus no del todo declarados desencuentros personales a la hora de considerar la obra de alguien? Parece mentira que a estas alturas tengamos que recordar lo que es de cartilla básica. La literatura de Fernández Mallo, como la de cualquier escritor, tiene derecho a un juicio justo y limpio.