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EN EL METRO
Por una iluminada oscuridad
fugazmente la noche se movía.
Perfumaba la prisa del viajero el mordisco oloroso
de unas palabras vivas escritas hace siglos.
Fuera se confundía la imprudencia del mundo
como una lluvia airada calando hasta los huesos.
Antes que la escalera mecánica nos alce
puede vivirse así, como los topos, –pensé–
mientras haya palabras que consuelen…
(Efi Cubero, inédito)