Sabático torrente de caderas,
labios, senos, sandalias: es la vena
dulce de Venus. Miel y cabelleras
bajo la noche que se agita y suena.
Y queda un parloteo en las aceras.
Y queda un haz de farolas en pena.
Polvo fugaz del mundo. Carcajada
hacia el domingo, el lunes y la nada.
(De Azul de enero, 2003)