viernes, 20 de marzo de 2009

Azucenas en camisa

Hoy, que comienza la primavera (o algo parecido), me entran unas ganas terribles de rescatar a Gerardo Diego de esa cárcel llamada "bachillerato". Gerardo Diego es uno de los mejores poetas del siglo XX, y la poesía del siglo XXI, cuando se tranquilicen las aguas, estará claramente en deuda con él. Así que aquí les dejo uno de sus más célebres singles, escrito en plena fiebre gongorina. Si todo soneto es a Violante, todo poema es adrede.

****

Venid a oír de rosas y azucenas
        la alborotada esbelta risa
Venid a ver las rosas sin cadenas
       las azucenas en camisa

Venid las amazonas del instinto
       los caballeros sin espuelas
aquí al jardín injerto en laberinto
       de girasoles y de bielas

Una música en níquel sustentada
       cabellos curvos peina urgente
y hay sólo una mejilla acelerada
       y una oropéndola que miente

Agria sazón la del febril minuto
       todo picado de favores
cuando al jazmín le recomienda el luto
       un ruiseñor de ruiseñores

Cuando el que vuelve de silbar a solas
       el vals de «Ya no más Me muero»
comienza a perseguir por las corolas
       la certidumbre del sombrero

No amigos míos Vuelva la armonía
       y el bienestar de los claveles
Mi corazón amigos fue algún día
       tierno galope de corceles

Quiero vivir La vida es nuevo estilo
       grifo de amor grifo de llanto
Girafa del vivir Tu cuello en vilo
       yo te estimulo y te levanto

Pasad jinetes leves de la aurora
       hacia un oeste de violetas
Lejos de mí la trompa engañadora
       y al ralantí vuestras corvetas

Toman las nubes a extremar sus bordes
       más cada día decisivos
Y a su contacto puéblense de acordes
       los dulces nervios electivos

Rozan mis manos dádivas agudas
       lunas calientes y dichosas
Sabed que desde hoy andan desnudas
       las azucenas y las rosas