EL NACIMIENTO
En una casa llena de anatemas…
¿Quién da importancia a los deseos?
Aún desenrollan el ovillo las Parcas…
¿Quién da importancia a los deseos?
Aún se quema el aceite en el candil…
¿Anatemas susurran o los conjuran?
¿Quién se encarga de los deseos?
La luz de su lámpara
agiganta la sombra de mi cama…
Parece una torre, castillo inexpugnable, abstruso monte de los Santos.
¿Quién se encarga de los pecadores?
Agua pido.
Mucha.
Tengo sed.
Agua maldita y aceite consagrado…
presentes que me trajeron las Parcas.
¿Quién se encarga de los pecadores?
En una casa llena de sepultureros…
¿Quién da importancia a los vivos?
(Más, aquí)