martes, 29 de mayo de 2018

Valentía y jirafas


En poesía, en el arte y en la vida la libertad lo es todo. Pero esa libertad no implica quererlo todo, que en el fondo equivale a no querer nada. No podemos tener sed y no tenerla al mismo tiempo. Escoger un camino conlleva descartar los otros posibles. Ya decía Chesterton, con su habitual agudeza, que si un pintor deseara —en ejercicio de su libertad— pintar una jirafa sin el cuello largo, entonces no sería libre para pintar una jirafa. Los pusilánimes de toda época puedieran calificar de valentía la actitud cercenadora de ese pintor. Pero no hay mayor valentía ni más grande riesgo —y hasta vértigo— que el de ser fiel al cuello de las jirafas. Y a su longitud.