jueves, 3 de mayo de 2018

Reconciliación

Llevaba horas clavado frente al ordenador, trabajando. Y venía notando un buen rato, por el rabillo del ojo izquierdo, como un brillo levemente dorado, insistente, terco, que me empezaba a desconcentrar. Pensé: «ya está mi vecino haciendo el indio con los focos, seguro que hoy hay barbacoa». Me pongo las gafas y me asomo. Era la luna. Y me reconcilio con el mundo. Y hasta con mi vecino.