sábado, 9 de julio de 2016

Recreo

Aunque algunos insistan en lo contrario, la poesía no es cosa del estudio sino
del recreo. Y del re-creo --que es algo muy serio-- se puede volver con rasguños
y moratones.

jueves, 30 de junio de 2016

Dicen los que saben

Se preguntaban por esas cosas inútiles que hacían los hombres para distraer el curso de su vida: los hombres escribían, soñaban, rodaban películas, entonaban canciones, dibujaban, levantaban estatuas y erigían templos para los dioses severos y sonrientes. Pero los hombres sólo acertaban a mirar: miraban el mundo en su perpetua fuga, el misterio del tiempo, el instante implacable del amor, siempre anterior a los labios, al cansancio y a los mapas del cielo. Los hombres inventaron las ciudades, trazaron los caminos y las calles, alisaron los aeropuertos. Y el aullido de su íntimo, pequeño animal lo lastraron de nostalgia, y por eso --dicen los que saben-- nacieron las palabras, con el timbre de sus sílabas para embridar el mundo, para comprenderlo. Pero las palabras también eran el mundo y, como todo lo que los hombres construían, como ellos mismos, estaban hechas de tiempo, eran arena de oro entre los dedos, como las canciones que cantaban, incluso como las estatuas inmóviles sobre las que mudaba la luz de días y de noches, la ansiedad, el dolor de la mirada transeúnte por sostener la pureza de un instante. Se preguntaban los dioses por esas cosas inútiles que hacían los hombres. Los dioses crearon el mundo en su felicidad y su presente. Pero los hombres miraban; y en su mirada, la verdadera autoría del mundo, todo su sueño y su vigilia, el brillo pasajero de un caudal de voces, la senda que se marcha hacia el final del día.

lunes, 27 de junio de 2016

La casa más extraña

El poeta construye en el poema la casa más extraña del mundo a su medida. Tan extraña (y tan a su medida) que, al terminarla, la llave no le entra en la cerradura. Y la orden de desahucio viene de camino.

domingo, 5 de junio de 2016

Sin título

Cascabel del instante, breve acento,
intensidad o tráfago en el margen.

Huésped
elíptico
de las bajas noches.

¿Dónde

tendré ya que beber tu luz más básica,
depurada en esquinas
de lento lento olvido?

De nuevo el ademán de deshacer el paso
no trae más que un residuo de encadenadas sombras
en la miel irreversible del crepúsculo.

No hay contrapunto fiel a tanto esquema
ni siquiera una rúbrica en flor de su mentira:
al fondo de la voz yace un extraño
trajín de oscuros, enrarecidos caminos.
El viento lleva a ras de suelo el hambre.
No hay mundo ya:
sólo un candil de espera.

(¿Quién deshoja las tímidas alcobas,
la bandera del cielo de la infancia?)

Ave sin norte, azar, esquirla o trépano
te llamaré por siempre, asumidas las reglas
de este azul de placenta que inventa su vigilia,
cuando en sueños aún, en la última gesta,
queríamos abrir de par en par el día
y oscurecimos de pronto, como en los cuentos grises.

Demasiado pronto
para tanto equilibrio
arruinado en las curvas de tu precario reino.
Oh pobre, pobre criatura, inútil parpadeo,
afán minúsculo, mortaja o canto
dejado a la ceniza codiciosa
y a las manos avaras del silencio.


(De Cantigas y cárceles, Isla de Siltolá, 2011)

martes, 31 de mayo de 2016

Dos nuevos ecos de Cavafis (entre Colombia y Venezuela)



En el pasado mes de abril, el poeta, escritor y editor Darío Jaramillo volvía a recomendar nuestra Poesía completa de Cavafis (Pre-Textos) en su blog de la editorial Luna Libros, dentro del marco de la Feria del Libro de Bogotá:

http://www.lunalibros.com/gozar-leyendo-39-los-diez-libros-la-filbo

Y casi por esas fechas, el suplemento literario del diario venezolano El Nacional se hacía también eco del libro y reproducía cuatro poemas.

http://www.el-nacional.com/papel_literario/poemas-Constantino-Cavafis_0_823717740.html

¡Mil gracias!

viernes, 27 de mayo de 2016

No es de este mundo

La poesía no es de este mundo. Incluso nos recuerda que ni siquiera el mundo es de este mundo.

jueves, 12 de mayo de 2016

Respetar el original

Si, al traducir un poema, quieres ser "respetuoso con el original", respeta sobre todo la lengua en que traduces, porque son tus ojos y tus manos. Vive esa lengua y respírala. Nace en ella y muere en ella cuantas veces puedas. Ama con ella o fustígate con ella. Rómpela si quieres, pero conoce lo que quieres romper. No pretendas ser más alemán que Rilke ni más italiano que Cavalcanti. Abraza la lengua en la que escribes tu versión (y tu poema) porque solo esa tabla vieja, que cruje con todos tus muertos, te llevará, si los vientos son propicios, a tierra firme. O te acompañará hasta el fondo en tu glorioso e irrepetible naufragio.

miércoles, 27 de abril de 2016

Infinitos

Me gustan los poemas que no me terminan de decir, o que no los entiendo del todo, como si hablaran en un entresueño. Al poema que fía todo en un mensaje lo saludo y lo despido como al cartero: Mensaje recibido. Que tenga buen día. Pero los buenos poemas regresan siempre nuevos, a la luz del sol o en la oscuridad más terca. Como la voz de los amigos, los buenos poemas son repentinos, inagotables, infinitos.

jueves, 21 de abril de 2016

Donde está el fuego

Así se llama esta nueva entrega de Cuadernos de humo, la revista de poesía que el poeta Hilario Barrero, con arte y mimo, nos regala cíclicamente desde Brooklyn. Con un lujo de compañía, un servidor tiene el honor de colaborar allí con tres poemas inéditos y la traducción de un pequeño poema de Cavafis. Aquí la portada, uno de esos poemas (con ilustraciones del propio Hilario Barrero). Y mi agradecimiento.



viernes, 15 de abril de 2016

Lorenzo Silva habla de la Poesia completa de Cavafis (Pre-Textos) en RNE

Mi agradecimiento al escritor Lorenzo Silva por las amables y generosas palabras que le dedicaba en "Las mañanas" de RNE a la Poesía completa de Cavafis (Pre-Textos) y al trabajo de un servidor.

http://www.ivoox.com/rincon-contadores-historias-de-audios-mp3_rf_11062960_1.html
 

domingo, 3 de abril de 2016

1 mirlo

¿También en este viento sucio del poema,
en esta noche anidará el sueño de un mirlo?

Demasiado viento y demasiada noche
pueden echarnos sin piedad a un largo afán de escenas destrenzadas
que nunca sabrán hallar el consuelo de su película.
En esta noche que ni siquiera es negra quisiera entregar todo en un regalo
y no sé cómo juntarlo. Todo. Mi propio miedo
como si el mundo fuera una estación cada día más sola.
Y aquel árbol triste de la niñez donde --parece-- se había ahorcado un hombre.
Una vez soñé que todos los maniquíes ardían en los escaparates de las tiendas
y me entristeció mucho ver cómo se consumían a un tiempo y no saber la moraleja.
Aún veo a mi padre alzándome en brazos por última vez,
y con ese recuerdo me sigue sorprendiendo el misterio, divertido, de recordarme
pequeño en brazos de mi padre, con tanta naturalidad, lo mismo
que si tener otro cuerpo --un cuerpo de niño-- pudo algún día haber sido posible.

Si embargo, ya sabemos que poner todas las cosas, una tras otra --y de noche-- en un poema,
no nos devuelve el mundo.
Cuánto mejor ser devotos de lo singular y lo simple,
como sucede en la Odisea, donde un trajín de islas y mujeres y negras naves,
incluso los días y las noches, en riguroso orden,
sólo estaban para pasar, en fila, por la mirada pasmada de Telémaco,
y ante su soledad, tan parecida a la nuestra.
Por eso, más allá de lo sucio, de la noche y de este viento múltiple que se autocompadece,
sólo pido que sobreviva, por favor,
cuando por fin se acabe el poema y amanezca ya del todo,
el mirlo definitivo, el que se posa en los mejores sueños
para curar la tristeza de los árboles;
el mirlo que nunca seré capaz de soñar,
el más limpio, el más puro, el más hermoso, como una sola nave negra
para surcar una sola primavera. Sólo
ese mirlo es mi regalo.

sábado, 2 de abril de 2016

Brétema

*Siempre me ha fascinado la palabra gallega "brétema", que significaría "niebla espesa o húmeda", una niebla que quiere ser lluvia, o viceversa. Esa Br- líquida (nunca mejor dicho) es cautivadora, e ignoro si la palabra tiene algún lazo genético con el verbo griego βρέχει (llueve) o con βροχή (lluvia). En estos días húmedos y ya otoñales me apetece sacar a pasear un antiguo poema de "Cantigas y cárceles", absolutamente inofensivo. Fue un intento de "traducir" el vocablo "brétema" en poema. O en soledades. O en soleás. Según se mire...


BRÉTEMA


Brétema, mimbre del aire,
ciencia de rizo sin norte,
quién aprendiera a abrazarte.

Sobre un estribo del sol
columpias a la mañana:
fiel estribillo de amor.

Deja en mis hombros tu huella
de mariposa funámbula,
flor de bruma o broma. Brétema,

¿de dónde vienes y adónde
caracoleas la sombra
volandera de los hombres?

Quién aprendiera a besarte,
Ariadna enredadora
de brañas en fino alarde.

Pero te irás con mis dudas
cuando el bronce del sol quiebre
tu frágil arquitectura.

El día es alto y unánime.
Vibra el perfil de la vida.
La muerte es sueño de un ángel.

¿Es aquí donde te escondes,
en los labios que has mojado,
laberinto de tu nombre?


(De "Cantigas y cárceles", Sevilla, Isla de Siltolá, 2011)