jueves, 20 de marzo de 2014

apunte

La tristeza es gris y plana. Como la ropa descreída de diario; como el periódico que compramos sin querer comprarlo; como los martes, que se esconden crueles tras la mala fama de los lunes; como un juguete desmontado. No hay nada en ella ni nada nos devuelve. Nos conoce tanto, se ha hecho tan perfectamente a nuestra piel que ni siquiera duele. Escucho los primeros truenos de la primavera, y pienso: lo que en verdad duele es la alegría.