jueves, 6 de junio de 2019

Mi vida en texto plano

El lenguaje de programación Lisp en que está escrito el editor de texto Gnu Emacs pertenece a la familia de los llamados «homoicónicos», donde los datos se manipulan como código y el código como datos: ambas cosas se alimentan mutuamente, y esta característica les confiere un increíble dinamismo y versatilidad. Para Emacs todo es texto, desde el código hasta la poesía, pasando por la estructura de un árbol de archivos. Las fronteras son siempre (y felizmente) muy nebulosas, y por eso siempre podemos estar cambiando o construyendo cosas nuevas al vuelo. Hasta el modo Org de Emacs es una consecuencia de esto. Se habla mucho por aquí del Org Mode, y es que es el medio con que escribo y organizo (dentro de lo razonable) lo que escribo; pero no sólo lo que escribo: también mis trabajos en tipografía, mis trasteos de código de andar por casa y hasta la lista de la compra. Org fue creado en origen por el astrofísico (y hacker emacsiano) Carsten Dominik, y está mantenido en la actualidad por una muy activa comunidad de desarrolladores. Ésta es su página web, por si a alguien le apetece echar un ojo: https://www.orgmode.org/ Me gusta mucho su lema: «tu vida en texto plano». Muy cierto. Esa preocupación por el formato (más que por la estructura de lo que se escribe) a que tanto han contribuido los procesadores de texto representa la forma más antinatural e incómoda de escribir.

Por supuesto, en Org está también mi traducción de la Odisea, que espero terminar ya por fin este verano. Así se ve el archivo Org que la contiene: simple texto plano. Hay poesía y hay código. Y también notas, apuntes, alguna ocurrencia y un par de poemas «propios» que me surgieron por el camino. Naturalmente, estas cosas no quitan ni añaden mérito, pero es una forma de trabajar a la que estoy acostumbrado desde hace tiempo. Aunque siempre sospecho que si Homero y Safo (por citar a dos iconos de la poesía previa a toda literatura) hubiesen podido escoger, probablemente habrían tirado por Emacs y Org. No me los imagino usando un word, la verdad. Pero (ay) tampoco me los imagino en una vida de texto plano, sino de música.