CRISANTEMOS
¡Pálido púrpura! La lágrima se ha vuelto
una mágica gema en vuestra vestidura.
Qué importa que llevéis como corona regia
vuestra belleza en el oscuro invierno.
El beso del rubio sol, aunque fugaz
juegue por vuestra cabellera rubia de oro,
no será una esperanza, ni será un dulce sueño:
tan sólo sentiréis más fría vuestra nieve.
¡Pálido púrpura! Y el viento del norte
que os entona el «Hosanna» con todas las flores,
arranca vuestros pétalos antes de que se marchiten.
Y todas las alhajas que la escarcha humildemente deja,
y todos los exaltados cánticos de la tormenta,
en vuestro árido corazón florecen como lágrimas...