viernes, 15 de junio de 2018
Cortito
Tal vez recuerden aquello de no sé qué presentadora en la tele de
antaño, la cual, ante la insistencia de no sé qué poeta de recitarle un
soneto, respondió: «Sí, pero que sea cortito.» A la pobre periodista le
llovieron todo género de befas y mofas, y el clero de la intelectualidad
la puso poco menos que a caer de un burro. Pero yo creo que en esa
respuesta está contenida la poética más sublime, que es la del valor de
nuestro tiempo. Un tiempo, por cierto, dado a contraerse o dilatarse por
algún misterio que comparten los poemas con las personas. De tal forma
que toda una tarde de conversación con alguien puede pasársenos en un
suspiro, mientras que cinco minutos con otro nos acabarán pareciendo
cinco lustros.
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